Chile se sitúa en América Latina y El Caribe, como el más preparado institucionalmente para hacer frente el azote de la corrupción.
Así lo apunta el índice Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC) en la región que dieron a conocer la organización empresarial estadounidense Americas Society/Council of the Americas (AS/COA) en conjunto con la consultora internacional de riesgos Control Risks.
Los países considerados fueron ocho: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México, Perú y Venezuela, los que colectivamente representan casi el 90% del producto interno bruto (PIB) de América Latina y El Caribe.
Según AS/COA y Control Risks, el Índice CCC observa 14 variables clave, incluyendo la independencia de las instituciones judiciales, la fortaleza del periodismo investigativo y el nivel de los recursos disponibles para combatir el crimen de cuello blanco. El índice se basa en información extensiva y en una encuesta patentada realizada entre expertos líderes de anticorrupción de Control Risks, la academia, sociedad civil, medios de comunicación y del sector privado.
Chile obtuvo el puntaje general más alto en el índice, con 6,66 puntos de un total de 10. Detrás se ubicaron Brasil (6,14), Colombia (5,36), Argentina (5,33), Perú (5,17), México (4,65), Guatemala (4,55) y Venezuela (1,71).
Un representante de AS/COA y coautor del informe Robert Simon, en la presentación de este trabajo, señala “una oleada anticorrupción ha arrasado América Latina en los últimos cinco años, llevando a figuras poderosas a la cárcel e impactando los resultados electorales. El Índice CCC nos da una herramienta comparativa para entender mejor este fenómeno y para destacar por qué algunos países han tenido mayor éxito al enfrentar el problema de la corrupción sistémica”, dijo.
En declaraciones a medios de comunicación chilenos, Caio Torres, analista de Control Risks afirma que “la fortaleza de Chile en este ranking es la solidez de las instituciones políticas y democráticas. Al contrario de la mayoría de los países de la región, donde en algunos casos la corrupción está enquistada en el sistema, Chile tiene una cultura política, leyes y regulaciones que reducen los incentivos a que se desarrolle la corrupción” indicó.
A su vez Simon, subrayó “en una perspectiva comparada, Chile es un caso de éxito”, subrayó.
Geert Aalbers socio de Control Risks observa “entonces, si Chile desarrolla mayor cooperación internacional y las herramientas adecuadas en capacidad legal, la consecuencia sería una consolidación bastante fuerte en el primer lugar del índice”, resaltó.
Como retos pendientes de Chile está el implementar instrumentos para oponerse a la descomposición en las Fuerzas Armadas y Carabineros, atendiendo a los fraudes encontrados en fechas recientes al interior de estas importantes instituciones.
De otra parte el Índice de Percepción de la Corrupción 2018 elaborado por la ONG Transparencia Internacional (TI) que incluye a 183 naciones del planeta situó a Chile en el puesto 27, alcanzando los 67 puntos. Está por sobre Portugal, España o Italia, entre otros.
Dinamarca se consagra como el que tiene el menor atisbo a escala global, logra 88 puntos. Le siguen Nueva Zelanda, Finlandia, Singapur, Suecia, Suiza, Noruega, Holanda, Canadá y Luxemburgo, respectivamente.
Por el extremo inferior aparece Somalia como el más corrupto desde hace cinco años. Lo acompañan en este grupo de los 10 peor considerados: Siria, Sudán del Sur, Yemen, Corea del Norte, Sudán, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Afganistán y Libia. El índice TI suspende al 67% del total analizado.
Refiriéndonos solo a América Latina los de TI otorgan 70 puntos a Uruguay (puesto 23) y a continuación figura Chile, sobre un máximo de cien, contra los 18 y 25 de Venezuela (168) y Nicaragua (152).
Costa Rica (56 puntos), Cuba (47), Argentina (40), Panamá (37), Colombia (36), Brasil, El Salvador y Perú (35), Ecuador (34), República Dominicana (30), Bolivia, Honduras y Paraguay (29), México (28) y Guatemala (27).
TI advierte en el informe su preocupación por la "crisis democrática" que vive el planeta por el surgimiento de líderes autoritarios y populistas, y resalta también lo alarmante que es la involución de América Latina.
El estudio remacha el "vínculo entre corrupción y salud democrática" y lo confirma con la información obtenida: la puntuación media de las consideradas "democracias plenas" es de 75 puntos, por los 49 de las "democracias imperfectas", los 35 de los "regímenes híbridos" y los 30 que, en promedio, obtienen los sistemas "autocráticos".
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.