La apertura de la economía chilena al mundo ha permitido que a pesar de estar tan alejada de los principales núcleos poblacionales del globo sus bienes y servicios puedan llegar a infinidad de mercados, ampliando su oferta año a año y de paso atrae nuevas inversiones e incrementa sus infraestructuras locales.
Chile figura en un informe elaborado por la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales y ProChile, como el mayor proveedor terrestre de 26 productos, y otros 32 están en segundo o tercer lugar del ranking de exportaciones mundiales. Por eso no es de extrañar que los intercambios comerciales de Chile crezcan aún en tiempos difíciles para las economías de una conjunción de naciones esparcidas por todos los continentes. En efecto, según el Banco Central de Chile, en los ocho meses iniciales de 2022 las entradas y salidas han subido un 16% lo que es igual a 137.326 millones de dólares de continuar a este ritmo podrían superar los 200 mil millones al concluir el ejercicio actual.
Chile es el más grande exportador de minerales y cátodos de cobre. En 2021 las remesas alcanzaron los 46.800 millones de dólares. Refiriéndonos a la llamada minería no metálica es el principal suministrador de carbonato de litio supusieron 882,9 millones el año anterior y entre enero y agosto de 2022 totalizan 5.018 millones. Igualmente, copó los primeros puestos como aprovisionador de concentrados de molibdeno tostados, yodo, nitratos de potasio, óxidos e hidróxidos de molibdeno y abonos inorgánicos nitrogenados.
En instantes como el actual que tanto se habla de recesión aquí y allí, existen altas probabilidades que las empresas focalizadas en vender sus mercancías más allá de sus fronteras y diversificando mercados superen los efectos de las recesiones económicas atendiendo a que su productividad, de media, es superior a la de las firmas que no venden fuera.
De momento, las expediciones nacionales “no cobre” continúan liderando los valores exportados, ya representan algo más de 36 mil millones de dólares, significan un 32,9% más que en análogo período de 2021. En este apartado sobresalen los embarques de carbonato de litio, salmón, abonos, cerezas frescas, yodo, madera aserrada, óxido de molibdeno, tableros de fibra de madera, carne de ave y uva fresca, entre otros muchos. Otro sector en el que Chile descuella es en la industria forestal, comanda como dispensador número uno de pasta química, de madera de coníferas, cruda. A su vez, despuntó en el comercio de cerezas frescas, filetes de salmones, ciruelas deshidratadas, filetes de truchas, filetes de bacalao de profundidad, erizos de mar, jurel congelado, mejillones en conserva, manzanas deshidratadas y algas de uso industrial.
Que no quepan dudas acerca del valioso papel desempeñado por las compras y ventas en el exterior cuando estamos ante conmociones como las que hemos vivido en estos últimos tiempos – COVID, o la invasión de Rusia a Ucrania-, en las que los Tratados de Libre Comercio (TLC) bilaterales o multilaterales permiten moverse rápidamente ante posibles disminuciones de bienes o servicios cambiando de proveedores si las circunstancias lo aconsejan. Chile es el que más TLC tiene suscrito, le permiten el acceso a más de 65 países que simbolizan el 88% del PIB mundial.
Las partidas generales de bienes industriales atesoran a agosto 23.448 millones de dólares, subieron un 24,9% comparado a similar lapso de 2021. Los despachos más llamativos son: los alimentos procesados (excluyendo al salmón) que durante el ciclo en análisis se expandieron en 528,4 millones. Algunos subsectores que sostienen este comportamiento positivo son en dólares moluscos y crustáceos (+74 millones), fruta deshidratada (+69,4 millones), fruta congelada (+39,4 millones), vino embotellado (+35,6 millones) y carne de ave (+184,7 millones). Por su parte, las facturaciones de salmón continúan su desempeño positivo, expandiéndose en 947,7 millones. Bienes industriales distintos a las de alimentos, realzan las alzas en los envíos de madera aserrada (+194,7 millones), tableros de fibra de madera (+189,1 millones), yodo (+258,1 millones), abonos (+421,2 millones), óxido de molibdeno (+193,9 millones), nitrato de potasio (+141,3 millones) y metanol (+160,6 millones), entre otras.
Siguiendo el detalle de las transacciones chilenas comercializados a lo largo y ancho de nuestro planeta Tierra prevalece como segundo distribuidor universal de ciruelas frescas, óxidos de boro, granos de avena, madera de conífera perfilada longitudinalmente y bolas de acero para la molienda de minerales. También, está posicionado como tercer mayor vendedor de nueces, hidróxido de litio, avellanas sin cáscara, bulbos de flores en reposo vegetativo, agar-agar y abulones congelados.
Veamos las importaciones, indispensables para Chile, entre enero y agosto de 2022 suponen más de 71 mil millones de dólares, un 26% superiores a las registradas en equivalente espacio de 2021. Hay alzas de dos dígitos todas las categorías de bienes: intermedios (35%), de consumo (19%) y de Capital (13%). Los artículos más demandados hasta hoy son: diésel, negocios químicos, vestuario, carbón mineral, gasolinas, automóviles, valores metálicos, cartón y papel elaborados, gas natural gaseoso, otra maquinaria, petróleo y abonos, entre otros.
Atendiendo a las inversiones en bienes de capital las compras del curso equivalen a 13 mil millones de dólares, un 13% por encima de la etapa pasada. El aumento es debido a la ampliación en las internaciones de “otras maquinarias”, camiones y vehículos de carga, buses y motores, transformadores y generadores eléctricos. Los bienes de consumo encarnan 20.181 millones de dólares, un 19% más respecto a agosto de 2021. El capítulo concentró un 28% de los montos internados durante el transcurso comentado. Los aumentos: vestuario (+1.053 millones), gasolinas (+837), automóviles (+620), y calzados (+289).
El sistema de exportaciones e importaciones empleado por Chile sostenido y amparado por una red de TLC iniciados en la década de los noventa ha demostrado ser ejemplar para hacer frente a las crisis vividas y por venir. Las contracciones habidas por la pandemia, la guerra y las calamidades internas están siendo superadas y servirán de apoyo para la recuperación económica.
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L
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