Un 17% de hombres y un 15,3% de mujeres han logrado emprender en algún sector en Chile.
La región chilena del Bío-Bío, localizada a 500 kilómetros al sur de Santiago, es de los polos de emprendimiento e innovación más relevantes del país, solo por detrás de la Metropolitana. En ella podemos encontrar muchos espacios de cotrabajo, incubadoras, universidades, empresas emergentes y, sobre todo, financiamiento.
Chile entero está concienciado de la trascendencia de emprender e innovar no solo para quienes efectivamente están implicados, sino para el conjunto de la sociedad. Los buenos resultados impactan de lleno en la productividad, la competitividad y el crecimiento económico del país, indispensable para atender las demandas sociales más urgentes y el levantamiento de nuevas infraestructuras allí donde se necesiten o el mantenimiento de las que están en funcionamiento.
El último informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) analizó la actividad emprendedora entre 2012 y 2016 en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y sitúa a Chile a la cabeza, tanto en mujeres como hombres, en porcentaje de población adulta entre 18 y 64 años.
Esta organización nos recuerda la importancia de contar con espíritus laboriosos en las consideradas principales economías, pues son determinantes para liderar los cambios a los que estamos asistiendo, que afectarán de lleno a la nueva modernidad que está surgiendo a nuestro alrededor y que está ya transformando los hábitos y costumbres de nuestra sociedad.
Chile está al frente tanto en la categoría "nuevos emprendedores" como en la de "emprendedores establecidos", en ambas situaciones a una distancia considerable de quienes le siguen. Obtiene una tasa de 16,1% en la primera, mientras que México, su competidor más cercano, llega a 11,1%. Por otro lado, en la segunda Chile anota un 9,5%, seguido por Australia con 5,9%.
Igualmente, el estudio apunta a que un 17% de hombres y 15,3% de mujeres chilenos han conseguido emprender en algún sector. Llama la atención la brecha existente con la media observada con la Unión Europea, varones (5,3%) y féminas (2,8%).
No hay duda, las circunstancias de emprender aparecen de modo sencillo en ambientes en los que los avances económicos y tecnológicos se entrelazan con el capital humano. Para quienes comprueben estas cifras del IEE, entre las diversas conclusiones que extraerán estarán la existencia en el caso chileno de fundamentos sólidos que dan origen a crear y percibir oportunidades por nuevos y ambiciosos promotores las cuales los empujan a llevarlas adelante bajo un marco corporativo.
Plataforma regional
Inserto en Latinoamérica -una región de 626 millones de habitantes-, Chile es una plataforma adecuada y muy activa para hacer escalables los emprendimientos en marcha. Existe una masa crítica de consumidores y con capacidad económica para acceder a mejores productos y servicios.
Emprender en un día ya es posible desde hace algunos años en Chile, se cuenta con programas de mentoría, promoción de las start-ups, apoyos financieros, lugares para colaborar o incubar, en una nación emergente de ingresos altos que persigue con ahínco alcanzar la condición de desarrollado.
Una de las preguntas más habituales es en qué sectores emprender. Territorialmente hablando, Chile es un país con una superficie bastante extensa, en cada una de sus regiones van a encontrar ocasiones únicas para comenzar un plan de negocio que los haga crecer. No será fácil, como en cualquier lugar, pero al final los resultados acompañarán. Entre las áreas más abordadas por innovadores/emprendedores figuran: tecnologías de la información, energía, salud, soluciones hídricas, turismo sostenible, servicios globales, logística, servicios en general y agricultura. Les recordamos que las primeras ciudades de Chile están afrontando innovaciones para hacerlas más inteligentes y amigables a residentes y visitantes.
El IEE constata y ve "evidente" que las grandes economías insertas en la OCDE deben inclinarse por políticas fomentadoras de la cultura empresarial y apoyar la creación de empresas; en definitiva, son estas las que generan empleo. El empeño de las autoridades debería ir encaminado a mejorar aspectos regulatorios en la creación de compañías, facilitando el acceso de estas a la financiación y acompañar a sus gestores en su nueva andadura mediante planes de formación y tutorías.
¡Feliz año 2018!