Chile se encuentra entre los cinco primeros países de América Latina y el Caribe que movió más carga en contenedores (TEU) durante 2018, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En el informe cepaliano analizan el comportamiento de 31 países y 118 puertos de Latinoamérica y el Caribe. La cantidad de TEU (unidad de veinte pies) transportados por los diez primeros representaron el 84,1% del movimiento regional, liderados por Brasil (10,041,485), México (6,987,820), Panamá (6,872,369), Colombia (4,582,712) y Chile (4,276,198).
Siempre nos gusta recordar, cuando salen datos como los citados, la población de cada uno de los nombrados, de esta manera podemos hacernos una idea del esfuerzo de cada uno en relación a sus habitantes. Brasil (220 millones), México (120), Panamá (4,1), Colombia (50) y Chile (18).
Uno de las deducciones que saltan a la vista es donde puede haber un mejor ambiente de negocio, en este caso Panamá como gestor del tráfico del Canal y Chile, gestionan más carga en términos relativos.
Refiriéndonos al Canal de Panamá Ampliado, pocos conocen que en 2017, Chile fue el tercer usuario a nivel mundial de la ruta bioceánica a través del Canal, sólo después de Estados Unidos y China, con un total de 27,5 millones toneladas largas.
Su puesta en marcha después de la ampliación, ha supuesto ahorros importantes en millas náuticas navegadas (mn) para los buques de gran tamaño, tanto en tiempo como dinero. Un ejemplo, las naves de Gas Natural Licuado (GNL) en la ruta Trinidad y Tobago-Quintero (Chile) que antes lo debían hacer por el Estrecho de Magallanes, cumplían un itinerario de 6,750 mn, con la nueva ruta deben recorrer solo 3,782 mn, ello equivale a 6,3 días menos de navegación.
La actividad general en las dársenas de Latinoamérica y el Caribe, de acuerdo con CEPAL, creció un 7,7% el pasado año en relación a 2017. De la muestra realizada se desprende que 66 amarraderos y zonas portuarias mejoraron sus rendimientos.
Medido en volumen se afirma superaron los 53,2 millones de TEU, esto significa un 7,1% de la cifra global contabilizada, hay una expansión comparada con el período anterior (6,6%).
Otros aportes del trabajo de Cepal 2018 indican el dinamismo de las radas de la Costa Oeste de América del Sur (Chile, Perú, Ecuador y Colombia), mantienen su avance con un alza de un 7%, todos ellos dan al Pacífico, en esta parcela del atlas tiene lugar el 55% del comercio planetario.
La Costa Este de América del Sur (Venezuela, Guyana, Brasil, Uruguay, Argentina (CEAS) registró un aumento de 12%, medida por el volumen operado. La zona México Golfo creció 8% en comparación con 2017, y México Pacífico 11%.
CEPAL, constata a escala regional “que los costos logísticos en América Latina pueden ser hasta cuatro veces más altos que los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y que la exportación de recursos naturales es especialmente sensible al volumen y al tiempo”. Por esto recalca “que propiciar una adecuada logística para los recursos naturales es un tema de especial importancia para el desarrollo de la región, donde la falta de infraestructura o los altos costos logísticos imperantes dificultan además la posibilidad de realizar encadenamientos productivos o reexportaciones con valor agregado”.
Aquí hay muchas oportunidades comerciales y de inversión para las empresas, ya sea de forma independiente o asociadas con entidades locales, para mejorar o crear las instalaciones logísticas adecuadas que permitan generar una integración productiva en la región. El último ingreso a Chile lo protagonizó hace escasas semanas DP World, compañía portuaria del Estado de Dubái adquirió el 99,2% de la matriz de Puerto Central y Puerto Lirquén.
El mayor trasiego de TEU en el mundo lo encabeza Shanghái, China, 42.010.000 de TEU transportados. Si lo confrontamos al de Colón, Panamá, 4.324.000 de TEU, primer latinoamericano, la diferencia es insondable. Los diez fondeaderos más grandes representan un 32,2% de los TEU movilizados en 2018, mientras los de América Latina y el Caribe, solo el 3,5%.
Concluimos trayendo a colación a las tecnologías y a la globalización en marcha, ambas facilitan el acercamiento masivo de mercancías de largas distancias, los desembarcaderos son los articuladores del comercio intercontinental, envían y reciben productos por lo cual deben adecuarse urgentemente a las nuevas necesidades demandadas.
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.