El pasado 7 de octubre se cumplieron 450 años de la Batalla naval de Lepanto de 1571, considerada un hito esencial en la supervivencia de la civilización Occidental ante el Imperio Otomano.
La España de entonces formaba parte de la Liga Santa y era la potencia de esa época, le tocó asumir la mayor porción de responsabilidad en el lado de los cristianos tanto en términos financieros como bélicos, aportes provenientes de la América descubierta en 1492 cumplieron un papel valioso en esta gesta.
Hoy España integra el grupo de las 15 primeras economías del planeta, con un PIB en torno a 1.5 billones de dólares, sus empresas figuran entre las que más invierten en Latinoamérica, ocupan los primeros lugares como inversores en los países de habla hispana y Chile es uno de los muchos.
Aunque en el montante de inversión extranjera directa (IED) ingresado en tierras chilenas hasta 2019 la sitúa en el segundo lugar, creemos que la cifra es muy superior ya que filiales españolas situadas en el exterior suelen enviar remesas que estarían computadas a nombre de terceras naciones. Además, la diferencia entre el primero Estados Unidos, y España es inferior a los mil millones de dólares. Oficialmente el montante acumulado por las compañías hispana es de 34.643 millones de dólares y los estadounidenses reúnen 35.464. El tercero es Canadá con 34.439.
Revisando el stock general de IED a 2019 comprobamos que está próximo a los 300 mil millones de dólares, todas las regiones chilenas cuentan con presencia de capitales foráneos, la que más la Región Metropolitana, le siguen Antofagasta, Atacama, Tarapacá, Arica Parinacota y Valparaíso. Las que menos La Araucanía y Aysén. Por sectores, la minería acumula una cifra próxima a los 100 mil millones de dólares, seguida por Servicios Financieros, sobre los 60 mil millones; Electricidad, gas y agua, cerca de los 40 mil millones; Comercio por debajo de los 20 mil millones; Industria Manufacturera y Comunicaciones por encima de los 13 mil millones cada una; luego vienen Transporte y Almacenaje, Construcción, Agricultura y Pesca, Otros Servicios y Hoteles y restaurantes.
A lo dicho hasta aquí debemos añadir los datos de la IED ingresada este 2021 entre enero y agosto, equivale a un incremento del 75% respecto del último quinquenio al alcanzar los 16.163 millones de dólares. En relación a los ocho primeros meses de 2020 significa un aumento de 72,7%.
Si observamos el desglose de lo ingresado el flujo dirigido a participaciones de capital es el más relevante acumula 8.286 millones de dólares, continuando con los beneficios reinvertidos 6.647 millones y el remanente 1.229 millones han ido a instrumentos de deuda.
Chile mantiene su atractivo como destino de la IED, vital para su desarrollo y crecimiento, su condición de centro financiero es fundamental para mantener un mercado de capitales más profundo que permita no solo a los extranjeros, sino, también, a empresarios chilenos financiar sus proyectos a tasas competitivas.
Anticipábamos en nuestra columna anterior la reunión del Consejo Empresarial Chile-España que tendría lugar en Madrid. Efectivamente, en la sede de CEOE intervino su vicepresidente y presidente de CEPYME Gerardo Cuerva, quién junto con dar la bienvenida a la delegación fabril chilena, comentó que esta era la primera visita presencial en tiempo de pandemia que serviría para asentar las bases de un viaje de más de 100 empresarios chilenos a España en 2022.
Igualmente, el Consejo Chile-España, reactivado el pasado mes de junio de 2020, representa los intereses empresariales, en este sentido Cuerva, explicó, “nos hemos convertido en una importante herramienta de diplomacia empresarial que sigue trabajando por la reactivación de nuestras economías y apostando por el futuro de las relaciones entre Chile y España”.
De la labor de presente y de futuro, Cuerva destacó el gran trabajo hecho desde las cúpulas institucionales, como CEOE, CEPYME, CPC/SOFOFA y CEIB, al actuar de plataforma instrumental para que las empresas asociadas puedan encontrar apoyo, y desde la que encaminar el debate político hacia la necesidad de potenciar un clima de negocios favorable al comercio y la inversión. Asimismo, apostó por promover el desarrollo sostenible, la igualdad de género, la defensa de la seguridad jurídica, la formación, el diálogo social, la digitalización y la innovación, entre otras prioridades.
A su vez, el presidente de CPC Chile, Juan Sutil, destacó el trabajo realizado por CEOE y por el Consejo de Empresarios Iberoamericanos-CEIB para reforzar nuestros vínculos y la integración de la región. Insistió́ también en que el hecho de haber mantenido un trato permanente, abierto y de mucho diálogo durante la pandemia ha sido de gran utilidad para Chile a la hora de encauzar medidas de cara a la recuperación económica.
Sutil abogó por profundizar e intensificar nuestra unión corporativa y de empresas, y fomentar las inversiones en sectores clave para ambos países, como pueden ser las infraestructuras, energías renovables o las Tics. Por último, aseguró que espera que concluya pronto el Acuerdo de Asociación UE-Chile modernizado, ya que beneficiará no solo al país andino sino también a España. “Quiero agradecer el impulso que la empresa española ha dado al desarrollo de Chile”, manifestó́.
En el panel titulado “Escenario y proyecciones económicas de Chile y España”, los intervinientes coincidieron en la necesidad de estabilidad institucionalidad, de seguridad jurídica, de reforzar las inversiones en sectores clave para los dos mercados y reconocer el papel de las asociaciones de empresarios y las empresas como garantes del futuro común entre España y Chile.
Por su parte, el economista, Vittorio Corbo, desde Chile, aseguró durante su intervención que “se crece invirtiendo, formando al capital humano e innovando”. No hay recetas mágicas para la recuperación económica, se necesita un clima favorable para los negocios, mejorar la calidad de la educación y resolver la incertidumbre política.
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.
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