El Chile de hoy está mayoritariamente a favor a la apertura de su comercio con el globo, en los 60 o 70 del siglo pasado las circunstancias eran otras, entonces la opción era el cierre de fronteras.
Una reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), un “think tank” chileno, uno de los mejores del mundo, ranqueado en el puesto 109 entre 11.175 por "Global Go To Think Tanks" de la Universidad de Pennsylvania, el 81% de los consultados manifestó que Chile debe incrementar su comercio con otras naciones, frente a un 14% que estima debe restringirlas. Un 5% dijo no saber o no contestó.
Esto no es una sorpresa, es más, la política comercial de Chile, desde 1990 optó por la apertura comercial. Uno de los instrumentos más empleados han sido los Tratados de Libre Comercio (TLC), suscritos con sus asociados comerciales. Estos alcanzan a más de 65 países, sobresalen por su tamaño los rubricados con la Unión Europea, el Transpacífico (TPP 11), Alianza del Pacífico, el de Mercosur o el P4.
Nos recuerda el CEP que en 2003 ante la pregunta de si Chile debería limitar la importación de productos foráneos para de este modo proteger a la economía chilena el 43% respondió estar de acuerdo o muy de acuerdo.
¿Por qué este cambio? Los encuestados consideran que obrar de esta manera les permite acceder a productos de mejor calidad y/o precio debido al libre comercio. Los residentes en Chile aspiran a un incremento de los acuerdos comerciales a más Estados. Esto obliga a la industria local a elaborar productos diferentes, mejorar los que fabrican o buscar nuevos bienes o servicios que satisfagan las necesidades que surjan dentro o fuera del territorio.
Igualmente, para Chile, país emergente, los intercambios con el exterior son fundamentales para que su crecimiento y el de sus empresas, que son las que crean empleo y traen bienestar a la sociedad.
Sigamos. El área de consultoría de PricewaterhouseCoopers Chile (PwC) informa que las M&A (Fusiones y Adquisiciones) al finalizar noviembre han crecido un 28% en relación con el año anterior situándose en los 13.399 millones de dólares.
Desde PwC señalan que “contrastan positivamente sobre todo porque en el mismo periodo la actividad de M&A en Latinoamérica ha disminuido un 25,9%, totalizando 78,4 mil millones de dólares”, comunican.
Entre las operaciones que superaron los 1.000 millones de dólares figuran cuatro: “fusión de Derco con Inchcape; la venta de los activos de transmisión de Enel; la compra por parte de los controladores de Scotiabank de las acciones del grupo Said en la filial chilena; y la venta de parte del negocio de SAAM a la naviera Hapag Lloyd”, dejando buenas sensaciones en el mercado.
Como sector más activo aparece las energías sus movimientos casi tocan los 3.000 millones de dólares, situación que viene dándose desde hace varios períodos. Sin duda, según PwC influye en esto la guerra Rusia y Ucrania que ha generado problemas de suministro del gas y alza de los precios de la energía en Europa que, unido al aumento del valor del dólar en el plano internacional, han influido en la subida de los precios. El 22% de las transacciones de M&A corresponden a proyectos vinculados a este nicho sectorial.
Las mayores actividades son “energía (22,2% del total), retail automotriz (11,9% del total), financiero (15,3% del total), logística (7,5% del total). Los sectores como de energía, tecnología y minería continúan mostrando un alto nivel de resiliencia”, agregan. Además, ven atractivo en los sectores: agroindustrial, tecnológico, farmacéutico e infraestructura.
Expertos de PwC, apuntan que los inversores optan por activos que estén alejados de cambios regulatorios, que sean resilientes ante escenarios hiperinflacionarios y tengan una sólida situación financiera
La inflación y la subida de tasas de interés son materias capitales para el que busca invertir en este momento. Las Fusiones y Adquisiciones dependerán de los costos del financiamiento, las compañías que podrían salir más favorecidas ante este panorama son aquellas con “sólida posición financiera, buenos ratios y disponibilidad de fondos”, afirman desde PwC.
Finalmente, durante la sesión plenaria del VI Foro Internacional InvestChile 2022 uno de los participantes fue la economista jefe del Departamento de Estado de Estados Unidos, Emily Blanchard, resaltó que «en las últimas décadas, Chile ha demostrado y ganado su sólida reputación internacional por tener un manejo institucional competente, consistente, eficiente y transparente de su economía», lo que sumado a su «su ubicación geográfica, abundantes recursos naturales, su topología única, con mucho sol y mucha energía eólica, y trabajadores y trabajadoras talentosos, hacen de Chile un lugar ideal para desarrollar una serie de sectores importantes de la futura economía global, particularmente en energía renovable, energía solar, viento e hidrógeno verde», sostuvo.
Refiriéndose a los desafíos y oportunidades para las políticas públicas en un escenario post Covid, Blanchard, hizo dos observaciones. La primera de ellas, en la economía moderna, los productos y servicios seguirán siendo producidos en distintas partes del mundo. Y la segunda, más que nunca, los actores del mercado están preocupados no solo de lo que se produce, sino que de cómo se produce y su impacto. Por ello, «la asociación público-privada es absolutamente esencial para crear este nuevo entorno de políticas para el futuro. Lo más importante es que los gobiernos trabajan junto con sus sectores privados, como estamos viendo tan fructíferamente aquí en Chile», destacó.
Blanchard expresó «me complace especialmente aplaudir y elogiar los pasos increíblemente emocionantes y progresistas que se están tomando aquí en Chile, no solo para aprovechar las oportunidades de inversión, sino que también para combatir la desigualdad económica y de género. Esto es difícil, pero crucial», puntualizó.
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