Chile vuelve a liderar la expansión de las economías de mayor Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina, obteniendo un crecimiento de 4,8% en el primer semestre de este año, con parciales de un 4,3% en el primer trimestre y 5,3% en el segundo. Si el escenario internacional acompaña las previsiones de desarrollo para el cierre anual van desde el 3,5% hasta el 4,5%. En efecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI), encumbró la suya a un 3,8%. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hizo lo propio a un 3,9%. En tanto la consultora británica Capital Economics la situó en un 4,5%.
Los datos que escoltan este aumento merecen la pena ser compartidos. Convengamos, sin un crecimiento vigoroso es difícil impulsar políticas de alcance social impactando a un alto número de personas, o acometer nuevas infraestructuras y especialmente mantenerlas. Además, la solidez de los resultados anima e invitan a países y empresas a crear puentes comerciales por donde fluyan sus bienes y servicios en los dos sentidos y al mismo tiempo atraigan inversiones nacionales o forasteras.
La economía chilena crece en inversión en bienes durables
Comenzamos este rápido vistazo por la formación bruta de capital fijo chileno. Nos estamos refiriendo a la inversión que se realiza en bienes durables, tales como maquinarias y equipos de producción, edificios, medios de transporte, construcciones, etc., destinados directa o indirectamente a producir ha crecido un 7,1% en estos primeros seis meses. Se prevé un 5,1% al concluir este 2018.
La mayoría de actividades reflejan subidas, sobresalen la industria manufacturera y comercio y, en menor medida, servicios personales y empresariales. En tanto, lo agropecuario-silvícola y pesca destacaron por su eficacia. La diversificación debe ser premiada y alentada.
El Comercio Exterior de Chile también crece
El Comercio Exterior habido de enero y junio de 2018, ascendió a 74.895 millones de dólares con un crecimiento anual de 18%. Las exportaciones (FOB) sumaron 39.210 millones, significa un incremento de 22% en relación a igual período del ejercicio pasado. A su vez las importaciones (CIF) alcanzaron los 35.685 millones, igual a 15% de alza.
Descuellan los envíos mineros con avances de 27%, y los no mineros, un 16%. En el silvoagropecuario, los embarques lo hicieron a un 19%, mientras los industriales a un 15%, resaltaron por sus montantes los productos químicos, celulosa blanqueada y semiblanqueada de coníferas y eucaliptus y los alimentos (excluyendo el salmón).
Las entradas a Chile de bienes intermedios prosperaron un 20% totalizando 18.180 millones representando un 51% de lo importado. Llama la atención en este apartado el aumento de un 27% en los productos energéticos significaron 5.343 millones. Los bienes de consumo subieron un 11% situándose en los 10.197 millones. Por último, las compras de bienes de capital se colocaron en los 6.589 millones.
Ciñéndonos al gasto, el PIB se vio impulsado por la demanda interna, registró una mejora de un 6% estimulada por el consumo de los hogares y la inversión. El consumo creció 4,2%, donde el gasto en servicios y en bienes durables incidió en términos de contribución. Igualmente, los ascensos en la variación de existencias tuvieron una incidencia marginalmente por encima de la formación bruta de capital fijo en el aumento de la inversión.
No sólo se trata de inversión en Chile, también apuesta por el ahorro
Importante, el ahorro bruto total se elevó a 22,2% del PIB en términos nominales, compuesto por una tasa de ahorro nacional de 20,2% del PIB y un ahorro externo de 2,4% en el segundo trimestre, la cuenta corriente fue deficitaria en 1.846 millones, esto equivale a 2,4% del PIB; acumulado en un año un déficit fue de 1,2% del PIB.
Cómo encaja este cuadro en el entorno planetario de aquí hasta el final del año. Chile es una de las naciones emergentes mejor preparadas para afrontar los distintos retos globales que se vienen arrastrando. Hablamos del incremento de las tasas de interés en los Estados Unidos, el enfrentamiento comercial ya mencionado, el ajuste macroeconómico de China y el endeudamiento en dólares.
Ya llevamos un par de meses oyendo hablar de los “Estados Emergentes”, -se estiman entre 25 y 30-, en el sentido de cuestionar su capacidad para resistir los embates ya anunciados a raíz de los acontecimientos sucedidos en Turquía, Sudáfrica o Argentina, los tres cuentan con soluciones para superar los impases y seguro saldrán adelante.
¿Y Chile? Según el Banco Central las reservas internacionales se han mantenido estable en torno al 15% del PIB. Si a estas se agregan los fondos soberanos del gobierno y las inversiones fuera del país materializadas por inversionistas institucionales, se alcanza un volumen de activos financieros en el exterior del orden de 65% del PIB, similar al peso de la deuda externa. Un dato trascendente, parte significada de las obligaciones de empresas locales en moneda extranjera corresponde a filiales en Chile de firmas extranjeras, principalmente mineras.
Chile, es un Estado abierto al mundo, por supuesto no es inmune al acontecer mundial, pero está preparado y prevenido para responder a estos desafíos y mantener el rumbo firme en el futuro venidero, al parecer algo proceloso. La llegada de inversores junto a mayores intercambios con foráneos marcará la pauta.
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.