Representantes del Banco Central de Chile (BC) dan cuenta de la contribución de los inmigrantes a la fuerza de trabajo autóctona, ésta se duplicó entre 2015 y 2017, pasando desde 4,0% a un 8,8% del total.
En cifras absolutas, el número subió desde 343.436 a 800.311 en tres años.
Es más, en términos de porcentaje de la población, los expatriados aumentaron de un 2,8% en 2015 a 5,9% el ejercicio pasado, rebasando los 509.339 de entonces a 1 millón 119 mil 267 de ahora.
Los inmigrantes, de media, trabajan más que los locales
En opinión de expertos del BC, los llegados, como tendencia, trabajan más en comparación a los locales, entre otras razones porque es lo que los trae a Chile, justificándose de este modo una participación más alta en el mundo laboral. Por edades están integrados en el grupo de 15 años hacia arriba, lo cual tiene una percusión mayor.
Según el Censo de 2017, en promedio muestra al 80% de los extranjeros participando en la fuerza laboral, frente al 61% de los chilenos, apoyando la tesis de una inmigración sustentada especialmente en motivaciones económicas. Este ascenso ayudaría por lo pronto a compensar el envejecimiento de la población chilena.
Una separata sobre el mercado laboral titulada "Mercado laboral: hechos estilizados e implicancias macroeconómicas", adjunta al Informe de Política Monetaria (IPOM) entregado hace pocos días por el Banco Central de Chile, sostiene “en los últimos tres años el mercado del trabajo chileno ha sido capaz de absorber entre 120 y 190 mil personas más por año que lo que indican las encuestas, sin un aumento significativo del desempleo”.
Los efectos de la inmigración en el empleo de Chile
El empleo, refiriéndose a los instrumentos de medición utilizados actualmente se basa en un Censo donde no se refleja la migración habida en el trienio 2016-2018. Al respecto el BC afirma “en el caso de las encuestas de la Universidad de Chile y el INE hemos dicho que los valores absolutos se basan en proyecciones de población que están ancladas en un Censo que tiene años de antigüedad y que no recoge el fenómeno migratorio más rápido que ha ocurrido en los tres últimos años, entonces, hay una subestimación”.
Atendiendo a esta situación se afirma en relación a la progresión del empleo y las oleadas migratorias “que entre el 2016 y 2018 el empleo habría crecido entre 1 y 2 puntos porcentuales anuales por encima de lo que han venido arrojando las encuestas. Es decir, entre el doble y el triple de lo que muestra el dato de encuestas para los últimos años”.
La afluencia –sostiene-, habría tenido efectos en “una desaceleración considerable del crecimiento de los salarios” a raíz de las “menores presiones salariales por efecto de la mayor oferta laboral”, con impacto a la baja en los costos de las empresas y en la inflación.
Chile supera la media mundial en tasas de inmigración
Los nuevos residentes arribados hacen pasar a Chile de ser una nación de bajas acogidas comparada con patrones internacionales a una de porcentuales por encima de la media global. El reporte del BC, resalta, los foráneos son el 3,4% de la población de un Estado promedio y en Chile llega al 5,9%. Con todo, todavía es muy inferior a la mediana de los países de la OCDE, un 12,2%.
Asimismo, un antecedente relevante lo constituye el nivel de educación del que accede a Chile, suele ser más educado que los nativos, a diferencia de los ingresados a Estado Unidos y/o Europa Occidental. Así, el 34% cuenta con formación terciaria frente a un 29% de los chilenos. Entre los más numerosos, Perú tiene el 27% del conjunto ocupados a la fecha del Censo 2017; Colombia 15% y Venezuela 12%. Más del 70% de los inmigrantes de Venezuela tiene educación terciaria y en el caso de Perú es el 19%.
Por parte del BC se cita como efectos macroeconómicos importantes al haber una oferta laboral abundante, ésta contiene a los salarios reales, reduciendo costos marginales y presiona la inflación a la baja, mientras el aumento de la población genera más demanda de bienes y servicios presionando al alza la inflación.
Igualmente, se destaca la disminución del quehacer informal aunque aún es prominente, sobre el 30% de la totalidad. Por último, la movilidad, para un 46% de los trabajadores la rotación laboral no implica mejoras en los salarios, esto es más notorio en faenas de movimientos continuos; en las de menor cambio gozan de ingresos mayores a medida que pasa el tiempo.
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.