Las perspectivas de mejora en la economía de Chile comienzan a tornarse en realidad, aunque aún se mantienen en el lado negativo, de hecho, el pasado julio se situaron en un -10,7%, creciendo un 1,7% comparado con el mes de junio cuando el decrecimiento fue de un -12,4%. Las previsiones para agosto oscilan alrededor de un -8,9%, de octubre en adelante, si no hay contratiempos relevantes, es cuando podríamos volver a terreno positivo.
Como ya comentamos, Chile será uno de los primeros en comenzar a expandirse en términos favorables, el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria, prevé que la actividad podría caer entre un -4,5% y un 5,5% en 2020 optimizando sus previsiones anteriores, anticipando una subida de 4% a un 5% para 2021.
Tengamos muy presente que la tierra entera está ante una catástrofe natural, los datos numéricos negativos conocidos por doquier responden a esta cuestión, dentro de lo malo de la situación existe como una mayor comprensión a los esfuerzos que cada nación ejecuta en aras de mitigar las caídas.
Los vocablos más utilizados son apoyar, colaborar, ayudar, favorecer, etc. En la recesión de 2008 las palabras favoritas eran restituir, rescatar, reembolsar, restituir y persecución de los responsables.
Curiosamente, la productividad media de trabajo habida en el segundo trimestre de este año en Chile habría prosperado un 7,3%, comprada con igual período de 2019, según un informe del área de estudio de Banco Santander (BS). Todo esto sucede en circunstancias de un empleo efectivo minorado en un 30% confrontado con iguales fechas del ejercicio pasado, atendiendo a las 750 mil personas con empleos suspendidos por el momento.
El BS, también observó la productividad total de factores, esta crecería de 4% al 6% dependiendo de los sectores, teniendo en cuenta la progresión del capital efectivo y considerando medidas de productividad media diferentes según áreas laborales. Aprecian alzas significativas en: Industria Manufacturas, Comercio, Minería y Construcción, se entiende como adelantos en la eficiencia, por supuesto, no descartan dificultades en alguna medición.
Salgamos de lo estrictamente económico y situemos la mirada en el Global Attractiveness Index (“Índice de Atracción Global”, GAI por la sigla en inglés), elaborado por el grupo The European House – Ambrosetti, edición 2020 que incluye a 144 países, mide y compara la capacidad de cada uno con vistas a la inversión y el desarrollo productivo. La posición de las economías en la tabla responde a variables agrupadas en cuatro grupos: apertura, innovación, talento y eficiencia.
Eso sí, la puntuación lograda está condicionada, es decir, al mejor le otorgan 100, este año ha sido Alemania, y valoran lo alejado de ella en que se encuentra el resto. De Latinoamérica solo figuran tres entre los mejor evaluados: Brasil, México y Chile (46), están en la parte de atrás de los 50 primeros muy distantes de los germanos. Del 51 al 100 hay nueve y siete entre el 101 y 144.
Con todo, la pérdida de atractivo de la Unión Europea es algo real. Información extraída del GAI, constata que un 75% de sus integrantes o han caído o se han mantenido en el índice, solo 25% ha evolucionado hacia arriba. En los últimos diez años la Inversión Extranjera Directa con dirección a la UE ha retrocedido de un 43,7% al 30,7%, diferencia que se ha podido dirigir hacia Asia o Latinoamérica.
Finalicemos repasando estudios relacionados con la imagen internacional de España o Chile, frente a la pandemia. Una reciente encuesta ejecutada en pleno estado de alarma en España –marzo y abril de 2020-, por el Real Instituto Elcano español y la compañía Reputation Institute, poseedora de la base de datos de evaluación comparativa de reputación más grande del mundo, este 2020 fue incluida en la lista Inc. 5000 de las empresas de más rápido crecimiento del globo, afirma que a pesar de la pandemia España conserva su prestigio universal.
España refleja 76 puntos sobre 100, similar resultado al conseguido un año antes, queda en el 13avo lugar por sobre Bélgica, Portugal, Singapur, Italia, Reino Unido, Alemania, Francia o Chile, todos los citados están por encima de la puntuación media. A la cabeza figuran: Suiza, Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda, Suecia, Canadá, Dinamarca, Holanda, Japón, Irlanda y Austria. En Latinoamérica los admiradores de España por este orden son: Perú, Argentina, México, Chile, Brasil y Colombia.
Por último, Simon Anholt, el creador de los índices Nation Brands y Good Country, participó en un webinar “¿Cómo ser un buen país? El potencial rol de Chile en el contexto mundial”, enfatizó que el puesto 35 que ocupa es una “buena clasificación”. Estar entre los 40 primeros sugiere que “está dando más de lo que necesita”. A los Estados ampliamente respetados les será más fácil reinsertarse en el comercio exterior, exportar sus productos y servicios, atraer turistas, talento e inversiones. Los con imágenes débiles o negativas encontrarán todo esto mucho más difícil. ¡Pero eso también era cierto antes de la pandemia!
A su vez, Imagen de Chile, por intermedio de su Directora Ejecutiva, Constanza Cea, buscan mantener al país en el radar del planeta para apuntalar la reactivación económica en medio de la crisis sanitaria que ocasionó el Covid-19. “Estamos trabajando el concepto “made by chilean”. Hoy las marcas tienen que conectar con lo que necesita el mundo y lo que mostraremos son historias de chilenos que han sido capaces de conectar con necesidades globales”, dijo. Estados Unidos, Inglaterra, España, China y Brasil son los mercados objetivos.
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L., Consultoría de Internacionalización de Empresas a Chile